El camino del amor...Sólo el que ama es feliz.





Hay muchos caminos que conducen a diferentes lugares, pero el único que nos conduce al cielo se llama: JESÚS (Juan 14:6)






miércoles, 28 de diciembre de 2011

Finaliza el año

Señor, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI.
Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te agradezco por todo cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y mis amigos de siempre, los más cercanos a mí y los que están más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero, Señor, hoy también quiero pedirte perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho. Perdón por vivir sin entusiasmo.
Por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora no te había presentado.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios.
Pronto iniciaremos un nuevo año y ante el nuevo calendario aún sin estrenar, te presento estos días que sólo Tú sabes si llegaré a vivir.
Hoy te pido por mí y los míos la paz, la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.
Abre mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y sea capaz de derramarlas a mi paso.
Lléname de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de Ti.
"Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad. Amén"

lunes, 19 de septiembre de 2011

Ante el Sagrario

Fuera todo es agitación, impaciencia...ruido de vida....y la Vida está aquí.
Cuando las personas tenemos mucho que pensar, mucho que caminar, mucho que correr... andamos ahí, Señor, ahí fuera. Hace mucho calor. Fuera todo es gran agitación, ruido de vida...y la Vida está aquí. En esta soledad, en este silencio, en esta semipenumbra, en esta quietud...

Ahí estás, Señor, encerrado en todos los Sagrarios del mundo. Ahí te quedaste, Señor, paciente y sumiso, esperando. Porque los enamorados no pueden dejar a quien aman y tú te ibas a la Casa del Padre, a tu verdadero Reino con tu Madre……. y nosotros aquí, solos, tropezando, cayendo perdiendo el CAMINO..., teniendo cada vez más lejano, más borroso, el recuerdo de tu paso por la tierra.

Pero no, te quedaste aquí, dando todo por nada; esperando, siempre esperando en tu gran locura de amor; para que sepamos que no te fuiste, que estás aquí, para ser nuestro alimento; para compartir nuestra alegría, para acompañarnos en nuestra soledad y nuestras penas.

¡Supremo amor que no pudo dejar solo al corazón del hombre porque sabía que tarde o temprano el corazón del hombre lo buscaría, lo necesitaría, lo llamaría... Y Él, sin pérdida de tiempo le daría la respuesta de amor:

- Aquí estoy, siempre me quedé contigo...nunca me fui, siempre te estoy esperando...

domingo, 4 de septiembre de 2011

La tempestad‏

Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? – Mateo 14:30-31
El diablo hará cualquier cosa para que quitemos los ojos de la Palabra de Dios. Por ejemplo, causará problemas en nuestra vida, agitará las cosas de tal manera que nuestra situación sea como un bote de remos en una tempestad, hará lo que pueda para que pongamos los ojos en el mundo físico y en la situación que lo rodea y no en las promesas de Dios. Él sabe que si no logramos ese cometido, podremos valernos de las promesas de Dios para derrotarlo.

Esa táctica fue la que Satanás utilizó contra Pedro. Cuando Pedro saltó de la barca en obediencia a la palabra de Jesús, ¿qué sucedió después?: él anduvo sobre las aguas sin ningún problema. Cuando Jesús le dijo "ven", él se aferró a esa palabra y saltó al agua. Pero cuando quitó sus ojos de esa palabra y los volvió a la tempestad, se puso a pensar que lo que él estaba haciendo no podía ser posible; después de todo, él era pescador. Todos sus conocimientos y toda su experiencia le decían que cuando las olas y el viento eran tan fuertes, él sería arrastrado por ellas. Él empezó a fijarse en lo que sabía del mundo natural en lugar de lo que Jesús le había dicho, entonces su fe le faltó y él empezó a hundirse.
No permitamos que eso nos suceda.
Una vez que recibamos alguna revelación de la Palabra de Dios, aferrémonos a ella y no nos fijemos en nada más porque el diablo hará cualquier cosa para que desistamos de ella: agitará las cosas a nuestro alrededor, tratará de infundirnos temor y traerá a nuestra memoria cosas del pasado para hacernos pensar como lo hacíamos antes en la vida vieja.
Pero no cedamos. Fijemos la mira en la Palabra de Dios hasta que sea más real que cualquier otra cosa, y podremos andar sobre las aguas sin ningún problema.

martes, 9 de agosto de 2011

LA HIGUERA EN LA PIEDRA


Un día caminando por las sierras, disfrutando del paisaje y del descanso del fin de semana, me encontré algo que llamó poderosamente la atención, una pequeña higuera creciendo en una piedra. Como estaba con la cámara fotográfica, hice una foto, y mientras lo hacía, pensé, tengo que hacer un artículo sobre esto.

Muchos se preguntarán que me llevó a hacer un artículo sobre una simple higuera, pues bien, les diré, que me llamó poderosamente la atención el nacimiento de este árbol frutal en un medio tan hostil y tan diferente al tradicional y todo esto lo relacioné con la disposición que tiene cada ser humano al afrontar en esta vida tantas dificultades.

Cuando veía la higuera creciendo en la roca paralelamente me acordaba de mucha gente que he escuchado a lo largo de mi vida decir estar deprimida, con problemas, que no podían salir adelante o con falta de tiempo para realizar un trabajo interior por no estar en un medio adecuado.

La higuera en la piedra me hizo pensar en todas aquellas personas que no supieron adaptarse al medio ambiente y sucumbieron ante las adversidades de la vida, y que ni siquiera entendieron el porque de su paso por la vida.

Muchos pensamientos de una manera intuitiva me pasaron por la cabeza, me alegraba cuando veía esta higuera cumpliendo con su misión en la tierra,... crecer a pesar de todo.

Todo ello me llevó a la reflexión, una reflexión que solo me reafirmaba lo que ya sabía, pero intuitivamente sabía que tenía que escribir este artículo para muchos que aún necesitan reafirmar de que no importa el medio en que uno viva, o en que familia ha nacido, si es pobre o rico, si nació en el primer mundo o en el último, si nació con problemas o sin ellos. La vida tiene muchas facetas y nosotros al igual que nuestra amiga la higuera solo tenemos que crecer a pesar de los obstáculos, aprender y crecer espiritualmente, ese es nuestro fin, nuestro destino en nuestra evolución. Sucumbir en nuestra evolución es solo demorar nuestra felicidad.

Anímate y se como la higuera, no solo crece sino también da tus frutos para que otros también puedan crecer.

lunes, 1 de agosto de 2011

¿Para qué vino Jesús a la tierra?


No había forma de que pudiéramos llegar a Dios, porque por más que uno se esfuerce... ¿puede hacer las cosas bien? Es como si te estás ahogando en un pozo y quieres sacarte a ti mismo tirándote del pelo.

No podíamos llegar a Dios, porque no podíamos solucionar el abismo que nos separaba de Él.

Por eso vino Jesús. El que nunca hizo nada malo, vino a entregar su vida en la cruz, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.

Porque Jesús llevo sobre él, el castigo que merecíamos, ahora podemos llegar a Dios, para vivir una vida hermosa y algún día compartir con El el cielo.

Puestos los ojos en Jesús “Mateo 14:22-32”

La Biblia nos relata que los discípulos fueron enviados por Jesús a cruzar el mar. Se encontraron con vientos contrarios y traicioneros que amenazaban con volcar su barca y frustrar su llegada al nuevo lugar. El viento trataba de impedir que alcanzaran su destino. En medio de esa amenaza y dura lucha, Jesús vino a ellos y no lo reconocieron.

Frecuentemente en situaciones de incertidumbre y amenaza no podemos reconocer a Jesús viniendo a nosotros. Cuando lo reconocieron lo dejaron entrar a la barca con ellos, una decisión que salvó sus vidas y les permitió llegar a su destino. Los discípulos seguramente estaban acostumbrados a llevar adelante una barca en medio de la tempestad. Aún así, al más preparado, cuando llega la hora de pasar la prueba, le es muy posible no ver a Jesús, nuestro Salvador, el que puede traer paz en medio de la tormenta.

Para que el éxito de nuestro viaje se determine, permitamos a Dios entrar en nuestra barca. La duda y el temor se transformaran en fe y “puestos los ojos en Él”, nuestro viaje a los cambios, nuevos compromisos, decisiones y silencios, estarán seguros. Él ya se comprometió a estar con nosotros en aguas tempestuosas e inseguras.
Aprendamos a quitar las manos del timón que gobierna nuestra vida…

Qué especial es Jesús cuando le necesitamos, viene en nuestro auxilio si nosotros le permitimos que lo haga, por tanto que en situaciones así podamos darle cabida al mejor Capitán que puede guiar nuestro barco que es la vida, a un puerto seguro.

martes, 26 de julio de 2011

El enojo y la tristeza

Cuantas veces nuestro enojo es la mejor forma de esconder la tristeza que realmente tenemos. Resulta prácticamente sistemático para muchos, este tipo de reacciones. Muy probablemente lejos de querer herir a alguien con nuestras reacciones, solo pretendemos defendernos de más dolor.

Lamentablemente no somos siempre conscientes de nuestros actos y el dolor que generamos al prójimo, es dolor que nos infringimos a nosotros mismos Que fácil pedir perdón, pero cuanto nos cuesta. Que fácil sentirse victima, pero que difícil es aceptar una situación y reaccionar ante ella dentro de nuestras posibilidades.
No hay mejor momento que este mismo para parar un segundo, llamar a alguien y decirle lo que lo sientes.

La felicidad se alcanza cuando
lo que uno piensa,
lo que uno dice y
lo que uno hace
están en armonía.
Gandhi

viernes, 22 de julio de 2011

La pequeña vela

Erase una vez una pequeña vela que vivió feliz su infancia, hasta que cierto día le entró curiosidad en saber para qué servía ese hilito negro y finito que sobresalía de su cabeza. Una vela vieja le dijo que ese era su “cabo” y que servía para ser “encendida”. Ser “encendida” ¿qué significaría eso?. La vela vieja también le dijo que era mejor que nunca lo supiese, porque era algo muy doloroso.
Nuestra pequeña vela, aunque no entendía de qué se trataba, y aún cuando le habían advertido que era algo doloroso, comenzó a soñar con ser encendida. Pronto, este sueño se convirtió en una obsesión. Hasta que por fin un día, “la Luz verdadera que ilumina a todo hombre”, llegó con su presencia contagiosa y la iluminó, la encendió. Y nuestra vela se sintió feliz por haber recibido la luz que vence a las tinieblas y le da seguridad a los corazones.
Muy pronto se dio cuenta de que haber recibido la luz constituía no solo una alegría, sino también una fuerte exigencia… Sí. Tomó conciencia de que para que la luz perdurara en ella, tenía que alimentarla desde el interior, a través de un diario derretirse, de un permanente consumirse… Entonces su alegría cobró una dimensión más profunda, pues entendió que su misión era consumirse al servicio de la luz y aceptó con fuerte conciencia su nueva vocación.
A veces pensaba que hubiera sido más cómodo no haber recibido la luz, pues en vez de un diario derretirse, su vida hubiera sido un “estar ahí”, tranquilamente. Hasta tuvo la tentación de no alimentar más la llama, de dejar morir la luz para no sentirse tan molesta.
También se dio cuenta de que en el mundo existen muchas corrientes de aire que buscan apagar la luz. Y a la exigencia que había aceptado de alimentar la luz desde el interior, se unió la llamada fuerte a defender la luz de ciertas corrientes de aire que circulan por el mundo.
Más aún: su luz le permitió mirar más fácilmente a su alrededor y alcanzó a darse cuenta de que existían muchas velas apagadas. Unas porque nunca habían tenido la oportunidad de recibir la luz. Otras, por miedo a derretirse. Las demás, porque no pudieron defenderse de algunas corrientes de aire. Y se preguntó muy preocupada: ¿Podré yo encender otras velas? Y, pensando, descubrió también su vocación de apóstol de la luz. Entonces se dedicó a encender velas, de todas las características, tamaños y edades, para que hubiera mucha luz en el mundo.
Cada día crecía su alegría y su esperanza, porque en su diario consumirse, encontraba velas por todas partes. Velas viejas, velas hombres, velas mujeres, velas jóvenes, velas recién nacidas…. Y todas bien encendidas.
Cuando presentía que se acercaba el final, porque se había consumido totalmente al servicio de la luz, identificándose con ella, dijo con voz muy fuerte y con profunda expresión de satisfacción en su rostro: ¡Cristo está vivo en mí!

¿Podre yo llegar a ser como la vela del cuento?

domingo, 5 de junio de 2011

Su voz y sus señales


Porque llamé, y no quisisteis oír: Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese; “Proverbios 1:24”

En algunos momentos de nuestra vida parece que nos volvemos sordos y ciegos espirituales, porque por más que Dios nos hable o nos haga señas, nosotros no le prestamos atención.

A veces por los diferentes afanes de la vida, quizá por mi rutina monótona o quizá por la cantidad de problemas que veo a mi alrededor se me escapa poner atención a la voz de Dios en mi vida o a las múltiples señales que me hablan de que El está más cerca de mí de lo que creo.

Estoy segura que Dios me habla, me susurra al oído, pero muchas veces mis oídos están tan saturados de voces extrañas y ajenas a Dios, que me es casi imposible escucharlo.

También estoy segura que Dios me hace señales de que está conmigo, aun cuando no lo perciba, El es quien el otro día me bendijo y ni lo note, pensé que era “suerte” o que amanecí de buenas o que esa persona quiso hacer eso porque me aprecia, cuando realmente fue el Señor quien provoco que todo sucediera tal y como sucedió. No fue casualidad, no fue suerte, simplemente fue una señal más de Dios en mi vida y que nuevamente no percibí.

No es que Dios no me hable, es que no respondo, no es que Dios no me haga señas, es que no le hago caso.

Seguramente Dios me ha estado hablando los últimos días, quizá me ha enviado una o más señales que yo no he sabido ver.

Dios quiere que cada uno de nosotros estemos atentos a sus palabras, El anhelo de Dios es que podamos tener un corazón sensible a su presencia, unos oídos atentos a su voz, una vista atenta a sus señales y una vida rendida a su voluntad.

Es hora de comenzar a escuchar lo que Dios me está diciendo desde hace tiempo, es momento de prestar atención a sus planes para mi vida, ya es hora de que deje de pensar en mis propios planes y comience a obedecer a los planes de Dios para mi vida, porque sin duda son mucho mejores que los míos.

Algo en mi interior me dice: no huyas mas, no disimules mas, es contigo, y solamente contigo, lo que Dios tiene contigo es algo muy personal, esa relación tan estrecha entre tú y El tiene que ser fortalecida a través de la atención que tienes que prestar a sus palabras y sobre todo estar atenta a sus señales.

Estoy segura que en las próximas horas y días Dios me seguirá hablando y mostrando muchas de sus señales, por lo tanto, es momento de estar atenta a lo que El tiene que decirme y mostrarme.

¡Dios me hablara hoy!

domingo, 29 de mayo de 2011

Solo Dios Basta Pero ÉL,Cuenta Contigo

Sólo Dios puede CREAR,
pero a nosotros nos corresponde dar valor a lo creado.

Sólo Dios hace CRECER,
pero a nosotros nos corresponde guiar y orientar lo que crece.

Sólo Dios pude dar la FE,
pero a nosotros nos corresponde ser signo de Dios y creer.

Sólo Dios es fuente de ESPERANZA,
pero a nosotros nos corresponde dar de nuevo la confianza.

Sólo Dios es el AMOR,
pero a nosotros nos corresponde amar y enseñar a amar.

Sólo Dios puede dar PAZ,
pero a nosotros nos corresponde colaborar para que haya unión.

Sólo Dios puede dar la VERDADERA ALEGRÍA,
pero a nosotros nos corresponde sonreir.

Sólo Dios es el CAMINO,
pero a nosotros nos corresponde recorrerlo y mostrarlo.

Sólo Dios es LUZ,
pero a nosotros nos corresponde hacerlo brillar.

Sólo Dios puede hacer lo IMPOSIBLE,
pero a nosotros nos corresponde hacer lo posible.

Sólo Dios es la VIDA,
pero a nosotros nos corresponde revitalizar las ansias de Dios.

Sólo Dios SE SATISFACE a sí mismo,
pero El quiso tener \"necesidad\" de nosotros.

Sólo Dios puede HACER EL MILAGRO,
pero a ti te  corresponde
TRAER TUS CINCO PANES Y TUS DOS PESCADOS.

lunes, 23 de mayo de 2011

Te pido que me escuches

Señor.
Te pido que me escuches, tú conoces mi corazón sabes cuales son mis carencias, no quiero riquezas no quiero cosas terrenales y vanas, hazme sabia para saber distinguir entre lo bueno y lo malo de las cosas, hazme saber donde dirijo mis pasos que ya están cansados de ir y venir y no saber donde parar, pon sabiduría en mi mente para saber distinguir  cual es mi camino, cual es la forma correcta de caminar sin temor a ofenderte, te pido en esta hora de reflexión que me des una luz que traigas paz a mi corazón, me quites todos mis malos pensamientos para todos aquellos que me hacen mal...
Dame un poco de bondad para saber perdonar...
Y me inclino ante ti todopoderoso porque mis pasos están lentos y mi camino no es seguro, muchas veces me invade el miedo y cometo errores, dame un poco de paciencia para que pueda pensar con claridad, dame fuerzas cuando las vaya a necesitar para tomar mis decisiones que no son nada de fáciles..
¿Pero Tu que eres mi señor, el Dios de todos nuestro Padre celestial... nos abandonas ante nuestra suerte?
No, jamás sé que estás allí, mirando, observando..
Solo deberé tener fe y todas mis dudas y mis incertidumbres se borraran, soy de poca fe Señor, te pido perdón por ello.
Y ya con mi oración ante Ti y con la firme convicción que he sido escuchada, te alabo y te entrego mi vida para que me ayudes a cargar con mis problemas...
Padre nuestro no te olvides de mí, de nosotros...
Amén.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Reflexiones ante la cruz

Te necesito.
Y al mirar tu rostro ensangrentado, tus manos clavadas en la cruz, me pregunto quién necesita a quién. Y a pesar de tu debilidad, de tu fragilidad humana, de tu dolor y tormento… soy irremediablemente yo el que te necesita.
Te necesito.
Qué paradojas tiene la historia. El hombre herido, vencido y destrozado es el único capaz de hacerlo todo nuevo. Es el único capaz de humillarse y soportar la pesada carga del pecado de la humanidad. Y yo soy incapaz de soportar la carga de mi miseria.
Te necesito.
Lloraste. Sufriste. Tu corazón se aceleró. Sentiste la soledad y el vacío. Te abandonaron. Y tú no hiciste como yo. No te hundiste, no dejaste que el tentador ganase la partida. Ayúdame. Sólo tú puedes ayudarme.
Te necesito.
Siempre, en lo bueno y en lo malo, te necesito…

domingo, 15 de mayo de 2011

El Buen Pastor

Muchas veces en el caminar de mi existencia por las circunstancias que me han rodeado he perdido el camino, el gozo, la tranquilidad y el sonido de su voz. Y entonces he comenzado a sentir la soledad y la angustia. En esos momentos he sido sorprendida por la forma tierna, dulce y amorosa con la que el Buen Pastor ha tratado mi alma. El Buen Pastor me ha confortado con su mano. El Buen Pastor me ha traído de regreso a su camino y de esa forma ha confortado mi alma.

Hoy, recuerdo este pasaje y mi corazón salta de gozo, porque lo he experimentado en múltiples ocasiones. Se por experiencia propia que el Señor es mi dulce Pastor. No solamente es mi dulce pastor  también es mi restaurador y mi confortador. Cuando extravío el camino, él llega con ternura y me hace regresar al camino de él. En ese regreso experimento los momentos más tiernos de su presencia y la seguridad más profunda de que jamás mi vida se perderá, porque en sus manos yo estoy segura y plenamente satisfecha.

Las dificultades se pueden multiplicar hoy a lo largo del camino que tengo que recorrer. Las dudas pueden agolparse como multitud de personas para angustiarme. Los dolores se pueden asomar sigilosamente por entre los arbustos para acecharme. Las debilidades pueden proliferar como alimañas destinadas a hacerme perder el equilibrio, pero por encima de todo puedo ver la figura esbelta, segura y firme de mi Buen Pastor, quién con su mano extendida y su sonrisa amorosa me dice….No temas…estoy contigo. Yo no te dejaré,.

Gracias Señor por ser mi restaurador. Cuando yo pierdo el camino, la paz y el gozo tú llegas a mi con tu mano restauradora.
Tú,
Buen Pastor me guías por sendas de justicia. Hoy quiero vivir esta verdad y transitar por el sendero de la verdad de tu fortalecimiento. Nada hay que pueda hacerme retroceder en el camino de la verdad por donde tú me guías. Nada hay que me haga temblar de angustias, porque en medio de la oscuridad puedo acudir a ti y encontrar en ti, la paz de tu presencia. Enséñame hoy a seguir por tu senda sin perder el gozo y la paz de espíritu que en ti puedo encontrar.

viernes, 6 de mayo de 2011

El incendio.


Una vez se estaba incendiando un edificio de 9 pisos en el centro de una ciudad muy importante. Las personas del edificio al enterarse de que el edificio estaba en llamas rápidamente salieron de sus apartamentos, a excepción de un niño de 8 años de edad que dormía en el octavo piso, pues su papá había salido a comprar y su mamá estaba de viaje.

El fuego crecía cada vez más e iba subiendo piso por piso. Los bomberos intentaban apagarlo, sus esfuerzos eran cada vez imposibles El edificio estaba totalmente en llamas y los bomberos pidieron refuerzos a otras unidades de la ciudad.

El drama aumentó cuando los bomberos se dieron cuenta que había un niño en el octavo piso y el fuego crecía, iba ya por el quinto piso. De repente aparece el padre preocupado por el niño, viendo este cuadro, los bomberos hacen un último intento, pero las escaleras no podían llegar hasta las paredes del edificio por haber fuego en todas ellas, entonces se escucha los llantos del niño, gritando - ¡Papi! ¡Tengo miedo!

El padre lo escucha y llorando le dice: - ¡Hijo! No tengas miedo yo estoy aquí abajo, No tengas miedo. Pero el niño no lograba verlo:
- Papi no te veo, solo veo humo y fuego.
Pero el padre sabe que está ahí en la ventana porque el fuego lo ilumina.
- Pero yo sí te veo, hijo.
- Hijo, ¿sabes qué debes de hacer?. Tírate, que aquí te agarramos todos los que estamos abajo, ¡TÍRATE!
El hijo le dice: - Pero yo no te veo.
El Padre contesta. - Sabes cómo lo debes de hacer, cierra los ojos y lánzate! El niño dice: - Papi no te veo, pero allá voy!
Y cuando el niño se lanzó abajo, lo rescataron.
Entonces el Padre lo abraza, llora con el hijo, juntos pero muy contentos.
El hijo comprende que hay veces que al Padre no se le ve pero sus palabras son suficientes para confiar en él.
Así es nuestra vida, muchas veces hay muchos incendios, sentimos problemas parecidos a este niño y nuestro padre DIOS nos dice: ¡¡TÍRATE!! CONFÍA EN MÍ, y nosotros tenemos que lanzarnos aunque no veamos nada, ni sintamos nada, con FE tienes que salir adelante. ¡Porque sólo su palabra nos basta!

lunes, 2 de mayo de 2011

Es el momento Señor

Es el momento. Señor, de orientar mi vida; es la hora de dar rumbo a mi existencia; estoy a punto para descubrir un nuevo camino; no me sirve Señor el vivir en eterna encrucijada. Estoy ante ti abierta como la playa al mar; estoy en busca de tus pasos, de tus huellas; quiero dejar atrás mis caminos y entrar en “tus caminos”:
Quiero decir sí al plan de Dios para los sueños de mi vida..
Aquí estoy Señor, como Saulo en el camino de Damasco:
Y te digo sin rodeos: Señor ¿Qué quieres que haga?
Aquí estoy, Señor, como Samuel en la noche y te digo:
Habla que tu siervo escucha.
Aquí estoy Señor, como Maria cuando era joven y te digo: He aquí la sierva; que se haga según tu palabra.
Aquí estoy Señor, con el corazón disponible como el tuyo y te digo:
“Quiero hacer tu voluntad”
Señor, ¿Qué quieres de mí? ¿Qué me pides?
Señor, ¿Cuál es el plan del Padre para mi vida?
Señor, ¿Cuál es el proyecto que quieres que realice?
Señor ¿a qué me llamas? ¿Por dónde quieres que camine?
Señor, ¿Cómo estar seguro de tus caminos en mi vida?
Señor, ¿Cómo sé yo que eso es lo que deseas de mí y no otra cosa?
Señor, ¿Seré capaz de ser fiel a la llamada que me haces?
Señor, ¿Y si me equivoco y tengo que volver atrás?
Preguntas, Señor, siempre preguntas. ¿Cómo saldré de la duda?

Yo quiero tener claro cada paso del camino. Soy calculadora, Señor, y no me gusta arriesgar nada . Yo quiero tener mis seguridades y tengo miedo a lo imprevisible.
Yo quiero dar respuesta pero desde una fe razonada. A fin de cuentas: ¿Te busco o me busco, Señor? ¿Pongo los ojos en ti o me miro a mí?
¿Son tus intereses los que busco o sólo los míos? ¿Estoy disponible ante ti?

Quiero. Señor, salir de esta confusión en que vivo. Quiero, Señor, escucharte y dar respuesta a tu llamada. Quiero. Señor, dejar todo, quedarme libre para seguirte. Quiero. Señor, que entres a mi corazón y seas mi salvador personal.

jueves, 28 de abril de 2011

Salmo 151

Señor, aquí estoy,
tengo miedo, pero se que tu me cuidas
y no me pides nada que no sea capaz de darte.

Quiero confiar en ti y dejarme guiar tan solo por tus pasos...
pero me pierdo en mis cosas,
quiero controlarlo todo por si acaso sale mal,
y me olvido que tu lo puedes todo,
que no hay nada por pequeño que sea
que se escape a tu mirada.
Me cuesta creer que si te dejo tu me darás lo que necesito,
porque conoces mejor que yo lo que me hace falta.

Quiero abandonarme en tus manos y no temer nada,
quiero dejar de asegurarme de todo,
quiero dejar atrás mis miedos que me impiden mirarte a los ojos;
porque nada es imposible para ti;
porque tu estás conmigo invitándome a volar".

martes, 19 de abril de 2011

LA ORACIÓN EN LA AGONÍA DE GETSEMANÍ

 Después de la Última Cena, Jesús tiene una inmensa necesidad de orar. Su alma está triste hasta la muerte. En el Huerto de los Olivos cae abatido: se postró rostro en tierra, precisa San Mateo. "Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz; pero no sea yo como quiero, sino como quieres Tú". En Jesús se unen a la tristeza, un tedio y una angustia mortales.
Buscó apoyarse en la compañía de sus amigos íntimos y los encontró durmiendo; pero, entre tanto, uno no dormía; el traidor conjuraba con sus enemigos. Él, que es la misma inocencia, carga con los pecados de todos y cada uno de los hombres, y se ofreció, con cuánto amor, como Víctima para pagar personalmente todas nuestras deudas... y de cuántos solo recibe olvido y menosprecio.
¡Cuánto hemos de agradecer al Señor su sacrificio voluntario para librarnos del pecado y de la muerte eterna! En nuestra vida puede haber momentos de profundo dolor, en que cueste aceptar la Voluntad de Dios, con tentaciones de desaliento. La imagen de la Agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos nos enseña a abrazar la Voluntad de Dios, sin poner obstáculo alguno ni condiciones, aunque por momentos pidamos ser librados, con tal de que así pudiésemos identificarnos con la Voluntad de Dios. Debe ser una oración perseverante.
 Hemos de rezar siempre, por nosotros y por la Iglesia; pero hay momentos en que esa oración se ha de intensificar, cuando la lucha se hace más dura; abandonarla sería como dejar abandonado a Cristo y quedar nosotros a merced del enemigo: "solo me condeno; con Dios me salvo" decía San Agustín.
Nuestra meditación y oración diaria, siempre a través de la Santísima Virgen, para poner el corazón con el de Ella en Dios, siendo verdadera oración, nos mantendrá vigilantes ante el enemigo que no duerme: "vigilad y orad para que no caigáis en tentación..." Y nos hará fuertes para sobrellevar y vencer tentaciones y dificultades. Si nos descuidáramos perderíamos la alegría y nos veríamos sin fuerzas para combatir y dar testimonio de la Verdad.
Podemos entonces rezar con frecuencia a modo de jaculatoria:

"Quiero lo que quieres, quiero porque quieres, quiero como lo quieres, quiero hasta que quieras ( Clemente XI)".



martes, 29 de marzo de 2011

Día 22º. TERCER MIÉRCOLES.

Desagravio. ¡Señor perdónales porque no saben lo que hacen! Estas fueron casi las últimas palabras que Jesús dijo antes de morir en la Cruz. Dios perdona siempre que le pedimos perdón, pero desafortunadamente no todos los hombres tienen la costumbre de pedir perdón y de terminar con cosas o actitudes que ofendan al Señor. Ese cine que proyecta películas desaconsejadas, una conversación salida de tono, cuando se leen noticias en las que se informa de alguien que asesina o secuestra, cuando te enteras de alguien que roba o engaña, cuando pasas por delante de uno de esos sitios en los que se ofende a Dios, ¿te acuerdas de pedir perdón por esa gente que no sabe lo que hace? ¡Jesús perdónales porque no se dan cuenta!

lunes, 28 de marzo de 2011

Día 21º. TERCER MARTES.

Confesiones descuidadas. Cuentan que un obrero había encontrado un billete de mil dólares; no le llamó mucho la atención porque en América los billetes son iguales aunque tengan más valor y aquel papelito no le impresionó demasiado. Se lo guardó en un bolsillo, varios días más tarde, al pasar por un Banco, entró a preguntar cuánto valía.
Casi se desmaya cuando se lo dijeron, pues la suma equivalía a tres meses de su jornal...

No es raro encontrarse con gente que no sabe lo que tiene; puede ser un cuadro de un pintor famoso, un objeto antiguo, unas monedas raras, unos sellos valiosísimos... Cuando nos enteramos, solemos sentir una especie de envidia. No se nos ocurre pensar que nosotros también tenemos un tesoro que quizá no apreciamos: El Sacramento de la Penitencia. Tal vez al recibirlo frecuentemente y sepamos que no sólo sirve para perdonar los pecados graves, sino también los leves; que aumenta la gracia santificante y nos proporciona una gracia especial para rechazar las tentaciones... Sin embargo, a lo mejor nos parece que no nos aprovecha demasiado, que no nos hace mejores; que nos acusamos una y otra vez de los mismos pecados, inútilmente... Si eso pensamos, lo más probable es que nuestras confesiones no sean buenas. La Penitencia es un sacramento que Jesús pagó con su vida. Debemos cuidar todo lo que tiene que ver con la confesión.
¿Hago bien el examen? ¿Pido perdón con dolor? ¿Digo los pecados en concreto y también los veniales? ¿Hago propósito de no volver a cometerlos? ¿Cumplo la penitencia?

Día 20º. TERCER LUNES.

El pobre es el egoísta. "Hay diversas clases de pobreza -cuenta la madre Teresa de Calcuta-. En la India hay gente que muere de hambre. Un puñado de arroz es precioso, valiosísimo. En los países occidentales, sin embargo, no hay pobreza en ese sentido. Nadie muere de hambre y ni siquiera abundan los pobres como en la India... Pero existe otra clase de pobreza, la del espíritu que es mucho peor. La gente no cree en Dios, no reza, no ama, va a lo suyo... Es una pobreza del alma, una sequedad del corazón que resulta mucho más difícil de "remediar".

¿Puedes tener tú esa pobreza? Pídeles a Jesús y a María que nunca caigas en esa pobreza de espíritu; que te ayuden a quererles cada día más y a acudir a ellos ante cualquier necesidad, y que te ayuden a querer a los demás.
¡Jesús, María, que no olvide rezar ni por la noche ni al levantarme! Que sea generoso: porque el verdaderamente "pobre" es el egoísta.

domingo, 27 de marzo de 2011

Día 19º. TERCER DOMINGO.

Tres formas de hacer daño a Dios. Hay tres formas de hacer sufrir y llorar a una madre. Además de la más elemental, que sería atacarle a ella directamente: golpeándola o insultándola, hay otras dos en las que le podemos hacer sufrir igualmente. Una de ellas es hacer algo malo a mi hermano. Si yo le doy una paliza a un hermano mío, y mi madre se entera, le dolerá incluso más que si le maltrato a ella.

Otra forma de hacerle sufrir es hacer algo que sea malo para mí, algo que me empeore. Como mi madre me quiere eso le dolerá. Imagínate que ve cómo te cortas un brazo: no lo aguantaría.

Dios te ve siempre -no como un espía sino como alguien que te quiere mucho- y sufre cada vez que te ve hacer algo QUE HACE DAÑO A OTRA PERSONA, porque esa otra persona es hija de Él y cada vez que te ve HACERTE DAÑO A TI MISMO, y cada vez que te ve hacer algo QUE LE HACE DAÑO A ÉL. Por eso es bueno que todas las noches, cuando te acuestes, hagas un repaso del día, un examen de conciencia, y pidas perdón a Dios por esas cosas que Él ha visto y no le han gustado.
El examen de conciencia lo puedes hacer así: ¿Cómo me he portado con Dios? ¿Cómo me he portado con los demás? ¿Cómo me he portado conmigo mismo? Dios mío, a partir de ahora haré el examen todas las noches. Y te pediré perdón por el daño que haya hecho cada día de alguna de estas tres formas. Y también te agradeceré tu compañía. ¡Recuérdamelo!, y gracias.

viernes, 25 de marzo de 2011

Día 18º. SEGUNDO SABADO.

No mucho: ¡todo! Habrás visto la película de "Los 7 magníficos": A Yul Briner le quieren contratar unos mejicanos para que les defienda de unos bandidos; son campesinos; muy pobres. Le ofrecen todo lo que tienen, envuelto en un paño. Yul lo ve y dice: "Siempre me han ofrecido mucho, pero nunca todo". Aceptó, ¡claro!
Dile ahora a Jesús: Con lo que Tú me amas (has dado la vida por mí), no puedo quedarme corto dándote sólo muchas cosas; te doy toda mi vida: quiero todo lo que Tú quieras.

jueves, 24 de marzo de 2011

Día 17º. SEGUNDO VIERNES.

Amar hasta el martirio. Los bandidos encuentran al padre Bressini en Canadá con un ladrón que se acababa de convertir al cristianismo, y a los dos los torturan. Fue un martirio lento y refinado: Un día es una uña arrancada, al día siguiente la falange de un dedo y así durante semanas. El padre Bressini mandaba escribir así al Superior de los jesuitas: "No me queda más que un dedo entero, me han arrancado algunas uñas con los dientes. En seis veces han quemado seis falanges. Sólo en las manos me han aplicado el fuego y el hierro más de dieciocho veces y me obligaban a cantar durante el suplicio".

Cuando le tocó el suplicio al ladrón decía: "Padre Bressini, ya no puedo más. Veo que voy a flaquear. ¡Pronto, pronto, Padre, muéstrame tus manos! Ellas me dicen cómo hay que amar a Dios".

Cuando miramos un crucifijo, al ver clavadas las manos y los pies y la cabeza con las espinas deberíamos decir como el joven ladrón:

 
"En tu Cruz veo cómo me has amado, Señor. Tus llagas me darán fuerzas para seguir aguantando ¿amando? las pequeñas cruces que permitas en mi vida".

Día 16º. SEGUNDO JUEVES.

Vocación. El director de una película de cine está ocupado en la tarea de escoger una actriz para protagonista de la película. Está sentado frente a su mesa de trabajo, sobre la cual yacen desplegadas docenas de fotografías facilitadas por los agentes cinematográficos. Al cabo de un rato, escoge una de ellas, la contempla detenidamente y dice a su secretaria: "Sí, éste es el tipo de mujer que necesito, llámela y cítela aquí mañana".

Ni que decir tiene que hay una inmensa diferencia entre un director cinematográfico y Dios, entre Hollywood y el Cielo. Con todo, a través de este ejemplo podemos hacernos una idea de la razón de ser de nuestra existencia. Allá, en lo más profundo de la eternidad, Dios planeó el universo entero y escogió a los protagonistas del gran argumento que habría de desarrollarse hasta el fin de los tiempos. Ante su divina mente fueron desfilando las fotografías de las almas ilimitadas en número que él podía crear.

Cuando se topó con tu imagen, se detuvo y dijo: "Quiero darle mi vida a esta persona, para que sea feliz. La necesito para que desarrolle un papel único, personal, y luego, goce de mi presencia durante toda la eternidad... Sí, la voy a crear". Ahora ya sabes cuál es tu misión. Eres el protagonista. De que tú hagas o dejes de hacer lo que Dios ha pensado para ti depende que muchas personas sean felices o no, se salven o no. Tus amigos necesitan que les ayudes a conocer a Jesús.

Madre mía, que como tú, diga a Jesús que sí en los planes que Él tiene para mí. Señor, quiero lo que quieras, quiero cuando quieras, quiero como quieras, quiero mientras quieras.

domingo, 20 de marzo de 2011

Día 12º. SEGUNDO DOMINGO

Tendremos una eternidad para descansar. Cualquier persona (ha dicho Joaquín Navarro Valls, portavoz oficial de la Santa Sede) hablando de Juan Pablo II, con mucha menos responsabilidad que la que él soportaba tiene su sistema de descanso, su fin de semana intocable, su deporte, cosas todas ellas que probablemente son necesarias. En el caso del Papa nada de eso existía. Su único descanso era la posibilidad de caminar por una terraza que hay encima de su apartamento. En sus años de pontificado, en total fueron pocas las veces que pudo salir un día a la montaña. Cuando alguna vez le decían: "Santo Padre, está cansado ... ", la respuesta que daba en tono humorístico era: "Tendremos una eternidad para descansar.".
Como ha dicho, también con humor, André Frossard, "hasta ahora, el único medio que se ha descubierto para obligarle a dejar el trabajo es la anestesia total".
Y decía en Uruguay: Jesucristo, nuestro Señor, es también nuestro guía y modelo.

"Todo lo hizo bien" decían de Él las gentes. Cada uno de nosotros -asumida por la fe nuestra condición de hijos de Dios en Cristo- hemos de esforzarnos por seguir sus huellas en el trabajo de cada día. Como leemos en el Antiguo Testamento, no se le deben hacer a Dios ofrendas defectuosas. Los cristianos serán verdaderamente "sal de la tierra" y "luz del mundo", si saben dar a su trabajo la calidad humana de una obra bien hecha, con amor de Dios y con espíritu de servicio al prójimo".

Señor, quiero trabajar en serio. Y cuando esté cansado, también. A partir de ahora, cuando empiece a trabajar te lo ofreceré, te lo regalaré. Por eso intentaré que no sea defectuoso, sino algo bien hecho. Y ya, sólo porque es mi regalo para Ti, mi trabajo es importante. Este es mi propósito: en cuaresma trabajar bien por Ti. Y cansarme trabajando.

Día 11º. PRIMER SABADO.

Muerte. Tal vez hayas asistido alguna vez a la proyección de un video en casa de un amigo que quiere mostrarte lo mucho que ha disfrutado en su último viaje. De repente, para hacerse el gracioso, da el interruptor y la cinta se detiene; en la pantalla queda la imagen congelada en su acción: Una expresión bobalicona, un ceño fruncido, una ingenua sonrisa... Resulta cómico y todo el mundo se ríe. Sin embargo, no nos entrará la risa cuando Dios interrumpa la cinta de nuestra vida y quedemos captados para siempre en nuestra fealdad o en nuestra hermosura. Por eso debemos estar preparados, en gracia, para recibir a la muerte, que es un cambio de casa. Por eso repetía Jesús: Velad y orad, porque no sabéis el día ni la hora.

¿Eres consciente de que Jesús puede que te llame en cualquier momento? ¿y de que vale la pena morir bien porque comparado con la tierra el cielo dura infinitamente más?

Madre mía, ayúdame a estar preparado para cuando me llame Jesús. Pero no de cualquier manera: con toda la gracia que me sea posible. Tú eres la llena de gracia, esto es, que Dios te llenaba, no había nada tuyo personal que se opusiese a Dios; El hacía a través de ti todo lo que quería, porque le dejabas. Así quiero vivir y morir yo

sábado, 19 de marzo de 2011

Día 10º. PRIMER VIERNES.

Rezaba por los secuestradores. El 12 de abril de 1993 secuestran a una joven madrileña, mientras charlaba cerca de su casa. Después de dos años de secuestro encontraron su cuerpo ya sin vida. Su padre, José, es un ejemplo como persona y como cristiano. Transcribo unas preguntas de una entrevista que le hacen por el reportero de un periódico:
- Dos años y medio: ¿en qué es distinto ahora don José, el padre de la joven?
- En la Fe, sin duda.
- Pero esa fe, a mí me parece que no es de ahora.
- No, desde luego. A nosotros nos viene de familia, pero se hace más profunda; situaciones como ésta te sirven para acercarte más. Lógicamente hay momentos de duda, o mejor de desconcierto: ¿cómo puede Dios permitir algunas cosas? Pero uno, en el fondo de su alma, sabe que Dios sabe más.
¿Y nunca la rebelión? ¿Puede uno no rebelarse?
Mi experiencia es que se puede: no sé cómo, pero con la ayuda de Dios, yo he podido no rebelarme.
¿Pero el odio? ¿Se puede sin ser un héroe vencer al odio?
Odio no hemos tenido nunca. Me lo preguntaba un periodista en los primeros días, en esta misma sala, cuando los ánimos estaban más alterados, y le tuve que dar la misma respuesta. A usted quizá se lo puedo explicar más y sé que me entenderá: desde el principio he pedido al Señor por mi hija y por sus secuestradores, unas veces antes por ella  y otras veces antes por ellos, por si Dios les tocaba el corazón. Desde el principio. Lógicamente, en la sociedad española hay unas reglas de juego, unas normas y unas leyes y según esas leyes tendrán que ser juzgados,

Odio no. Pienso que si su mente funciona bien, estarán sufriendo ahora tanto como sufro yo. Por muy especiales que sean, es imposible que estén tranquilos, que puedan dormir bien. Sobre todo, si no pueden rezar, si no tienen confianza en alguien, si no pueden abrirse a nadie.

Señor, creo en Ti. ¡Cómo ayudas a los tuyos para que se comporten como lo hubieses hecho Tú! Cuando no entienda algo, que en el fondo de mi alma sepa que Tú sabes más. Que ame y rece por los que no me quieren o los que obran contra mi. ¡Amar al enemigo! Eso quiero. Solo podré con tu ayuda. ¡María, ayuda a tus hijos!

miércoles, 16 de marzo de 2011

Día 9º. PRIMER JUEVES.

Conversión. La Cuaresma es buen momento para una profunda conversión. Conversión significa cambiar la dirección de tu vida, quizá perezosa, quizá facilona. ¡Cuántas veces buscas la felicidad en una vida cómoda! Y sabemos que para alcanzar la felicidad lo que se necesita es amor, servicio a los demás, corazón que se da. Es una paradoja: para vivir y ser feliz, hay que morir, no buscar la felicidad cómodamente. Para tener hay que dar. Ahora Jesús puede ayudarte. Te propongo un cambio en concreto, por si te sirve: morir a la ley del gusto.
Debes morir a la ley del gusto: Hacer las cosas porque me gusta, me apetece, me va bien.... Un cristiano hace las cosas por dar gusto a Jesús: Porque le gustará a Jesús, le dará una alegría, le interesará que yo haga esto, o lo otro.
Madre mía, que siempre actúe para darle gusto a tu Hijo; que muera a la ley del gusto mío. Esta es la elección que tengo que hacer vivir esclavo de mis caprichos, o vivir con la ilusión de hacerme esclavo de Dios. Prefiero esto último María; pero ayúdame.

Día 8º. PRIMER MIÉRCOLES.

Dios no se asusta de mí. Quizá hayas visto la película "Tarzán en Nueva York". Describe las divertidas aventuras de Tarzán y Chita cuando son trasladados en avión desde la selva a la ciudad de los rascacielos, donde todo les llena de asombro y les ocurren mil peripecias.

Chita protagoniza una de las sorpresas: al llegar a la habitación del hotel ve reflejada su fea cara sobre el gran espejo del armario. El susto fue tan descomunal que, lanzando un terrible bramido presa de pavor, salió corriendo: no se imaginaba que aquel feísimo "monstruo" que ha visto en la habitación es su propia imagen reflejada en el espejo.
La escena acaba bien: Chita se refugió en los brazos de Tarzán, que la cogió con afecto, calmándola con sus caricias. Y es que Tarzán quería a Chita como era: con sus pelos negros y largos, su rostro de irracional y su mirada extraviada.

Dios nos quiere a cada uno de nosotros infinitamente más: sabe mejor que nadie cómo somos; conoce nuestros fallos; no ignora que somos miserables y que tenemos muchos defectos. Nos conoce mucho mejor que podemos conocernos a nosotros mismos, y tiene en cuenta nuestras cosas buenas y nuestros deseos de mejorar.
Dios no se asusta de nuestras fealdades.

Gracias, Dios mío, porque me quieres a mí y a cada uno más que todas las madres del mundo puedan querer a sus hijos; no te asustas ante nuestras torpezas, ni ante nuestras miserias, y nos acoges con un cariño infinitamente mayor que el que tenía Tarzán a Chita. El problema es que cuando yo voy descubriendo lo feo que soy (mis limitaciones, fallos, miserias, etc) me puedo "medio asustar" y pensar que no me es posible ser santo, que no puedo estar cerca de ti, entonces puedo desanimarme, olvidarme de que Tú me quieres como soy, y alejarme de Ti. Que no me pase esto, Señor. Si alguna vez me alejo de Ti, volveré corriendo a tu lado contándote lo que me pasa.

martes, 15 de marzo de 2011

Día 7º. PRIMER MARTES.

Pecado. Siempre que hablo del pecado, sobre todo del pecado mortal, viene a mi mente el triste recuerdo de una tragedia . Un niño de unos tres años corría por el césped del jardín de su casa, perseguido por su madre: "¡Ven aquí, Jimmy!", gritaba ésta. "¡No atravieses el seto!". Pero Jimmy no le hizo ningún caso. Traspasó el seto y sorteó hábilmente los automóviles estacionados en la calzada, hasta que un coche que pasaba le lanzó por los aires. Su cuerpecillo roto fue a caer casi en brazos de su madre
Dejando aparte el hecho de que Jimmy era demasiado joven para responder de sus actos, la escena recuerda mucho la actitud de Dios con los pecadores. "¡Ven aquí, ven aquí!", grita ansiosamente, con su gracia, cuando un alma corre hacia el pecado. Pero el pecador, ajeno a todo lo que no sea su deseo, hace oídos sordos a la voz de Dios y sale voluntariamente al encuentro de la muerte. La estupidez es un elemento siempre presente en el pecado.
Señor, no quiero ofenderte, pero a veces me olvido de Ti y, cuando llega el momento me vence la estupidez. Perdona, Señor, desde ahora con tu gracia odiaré el pecado, también los pequeños, y te pediré perdón por ellos en la confesión.

domingo, 13 de marzo de 2011

Día 6º. PRIMER LUNES.

A Dios le afecta todo, porque lo ve todo.Felipe, uno de los apóstoles, era amigo de Natanael, y le dice a éste que quiere presentarle a Jesús, porque era el Hijo de Dios. Natanael duda mucho que un carpintero de un pueblucho como Nazareth, pudiese ser el Mesías. Pero Felipe se lo presenta, y con una frase de Jesús, Natanael se convirtió. Y ésta fue la frase: CUANDO ESTABAS DEBAJO DE LA HIGUERA, TE VÍ.
Algo habría hecho Natanael debajo de la higuera. No sabemos qué. Lo había hecho a solas, algo que nadie sabía. Pero resulta que, a pesar de haberse asegurado para estar solo, resulta que Jesús le vio. Y alguien que ve lo que sólo yo sé y hago, ése tiene que ser Dios. Por eso le contesta Natanael a Jesús: Tú eres el Hijo de Dios.
Esta mañana cuando te has despertado, Dios te estaba viendo. Y lo que has pensado cuando ese amigo te ha dicho tal cosa, Dios lo ha visto. Y eso que has guardado para que no te lo pidiesen, Dios te lo ha visto. Y ese esfuerzo por sonreír a ése que te cae mal, Dios lo ha visto... Y COMO DIOS VE TODO LO TUYO, TODO LO TUYO LE AFECTA.
Dios mío, que me dé cuenta de que todo el día y toda la noche estoy en Tu presencia. ¡Cuántas alegrías puedo darte en un día! y ¡cuánto dolor puedo causarte también en un día! ¡Creo que me ves y que me oyes! Gracias, y auméntame la Fe.

sábado, 12 de marzo de 2011

Día 5º. PRIMER DOMINGO.

Confesión.
Papá y mamá están ocupados trabajando en el jardín y ruegan a la pequeña Sofía, su hija, que ponga la mesa. Sofía, que está viendo su programa favorito de televisión, dice que sí, pero continúa ante el televisor, de tal forma que cuando sus padres entran en casa, la mesa no está puesta. Aquello desagrada a los padres, pero no les ofende, porque en la desobediencia de Sofía ha habido poco interés, descuido, poca malicia, ir a lo suyo en algo pequeño.
Una noche, sin embargo, Vanesa, la hija mayor, ya en la puerta, se enfrenta a sus padres y les dice: "¡Ya estoy harta de que me digáis a qué hora tengo que regresar. Volveré cuando me apetezca, os guste o no!". Y, dando un portazo, desaparece. En este caso, está claro que hay mayor malicia, una desobediencia buscada y querida, que lleva consigo desprecio a los padres y rechazo de su autoridad. Entre la desobediencia de Sofía y la de Vanesa, hay una diferencia. Pues bien, tal es la diferencia que existe, desde el punto de vista de Dios, entre el pecado mortal y el pecado venial; una diferencia inconmensurable. El pecado mortal mata la presencia de Dios en mí; rompe y destruye mi relación con Dios: le doy un portazo y desaparezco.
Señor, te pido que me ayudes a darme cada vez más cuenta de que mis pecados, son actos míos que te duelen a ti, momentos en los que paso de ti, elijo lo que a mí me viene bien, dejándote a ti o a otros de lado; y por lo tanto mis pecados te duelen. Dame dolor de mis pecados, dolor de amor.

¿Esperas más de un día para confesarte si has cometido algún pecado mortal? 
¿ Te duelen de verdad los pecados veniales?

Día 4º. SÁBADO

Su Cruz y mi Cruz. La cruz de Cristo no era sólo el leño que llevó a cuestas y en el que murió. La cruz de Jesús fue, junto a ésa, el dolor de la soledad, las injusticias que sufrió, los insultos que recibió... Los de aquel momento y los de toda la historia. El dolor que siente por lo que yo he hecho mal hoy contra otra persona, o contra mí mismo o contra Él. Esa es su cruz. Por eso yo soy RESPONSABLE DE LA CRUZ DE JESUS.

Y mi cruz de cada día, la que tengo que coger para seguirle, no es un leño de madera. Mi cruz es el dolor de la enfermedad, las injusticias que sufro, el cansancio en el trabajo, el dolor que me supone luchar contra la pereza, el esfuerzo por ser generoso ¿porque me cuesta dar mis cosas?. Mi Cruz es trabajar bien cuando no me apetece. Y saber pisotearme y obedecer cuando no quiero, y...
Mi cruz es el DOLOR QUE SUPONE A VECES ACTUAR DE ACUERDO CON EL AMAR A DIOS, CON EL AMAR A LOS DEMÁS, (más que a mí mismo) y CON EL AMARME BIEN A Mí MISMO, para perfeccionarme y no para destruirme.
Durante esta cuaresma, Señor, quiero coger mi cruz de cada día porque quiero seguirte. ¡Que sea generoso, Dios mío!

Día 3º. VIERNES

Rechazar excusas. El cardenal Mindszenty era cardenal en Hungría cuando este país fue tomado por los comunistas. En seguida lo metieron en la cárcel, donde pasó muchos años, años que fueron un martirio. Salió de la cárcel cuando Hungría se independizó de la Rusia comunista; era ya muy mayor y murió al poco tiempo.
Durante los muchos años que pasó encarcelado fue un ejemplo como cristiano por su fortaleza y fidelidad a Dios y a la Iglesia. Una muestra, es, por ejemplo, su firmeza en vivir la abstinencia, que es el mandamiento de la Iglesia que nos manda a los cristianos mayores de 14 años, que vivamos la mortificación de no comer carne los viernes de todo el año. Como sabes, fuera de la Cuaresma la abstinencia de carne se puede sustituir por otro acto penitencial (oración, mortificación o limosna); pero durante la cuaresma no.
Todos los viernes, y sólo los viernes, le daban carne para comer y cenar. El cardenal sabía perfectamente que en sus circunstancias no le obligaba esa ley de la Iglesia, pero jamás tomaba aquella carne. Quería libremente vivir aquella mortificación.
En sus "memorias" escribe este diálogo con el Comandante de la prisión, un día en que el policía no pudo aguantar más aquella actitud:
- ¿Cree usted que son los presos quienes dictan el reglamento en la cárcel?
- No; no creo semejante cosa.
- Pues entonces coma lo que se le da.
- Los viernes no como carne.
- No le daré otra cosa.
- Tampoco pido que me dé otra comida. Pero si me da carne no la comeré los viernes.
- En tal caso, le castigaré.
- Estoy dispuesto a aceptar cualquier castigo.
Aquel día la comida se quedó sobre la mesa. Se la llevaron poco antes de la cena, que también consistió en un poco de carne, La escena se repitió en los sucesivos viernes, hasta que acabaron por dársela los domingos.

Puedes decirle ahora a Dios lo que sigue, pero dándote cuenta de que le estás hablando y ÉL te está escuchando.
Señor, cuántas veces yo tengo compasión de mí mismo, y me busco excusas para no mortificarme, o no obedecer a mi madre la iglesia. A veces, por el deporte o por el estudio soy capaz de esforzarme y sufrir, y sin embargo cuando lo tengo que hacer por tí me echo para atrás. Si te amase más, sería más generoso y fuerte. Te amo, Señor, pero quiero amarte más. La próxima vez que ante una mortificación me venga a la cabeza una excusa, la rechazaré "porque te quiero". Y, en concreto, seré en la abstinencia de comer carne porque te quiero.

jueves, 10 de marzo de 2011

Día 2º. JUEVES

Santa Misa. A media tarde, Jorge entra en la cocina como un huracán y le dice a su mujer: "Hola, cariño... Voy a cambiarme. Felipe y yo vamos a jugar un partido de tenis antes de que se haga de noche". "¡Pero, Jorge! (objeta su mujer) es muy tarde y tenía preparada una excelente cena: carne a la borgoñesa, y verduras, y una tarta de limón." "Lo siento cariño, responde Jorge, tomaré un bocadillo en un bar. Tómatelo tú..."
A los cinco minutos, Jorge ya está en camino. Su mujer no puede reprimir el llanto.
"No me quiere", solloza contemplando la excelente cena que había preparado a su marido.

Cualquier mujer que lea esto simpatizará con la esposa de Jorge y hasta muchos hombres le darán la razón, sin pensar que casi todos somos culpables de una falta de consideración semejante, y en mucho mayor grado.

Falta de consideración con Jesús. Desprecio de amor que ha derrochado con nosotros. Indiferencia ante el Gran Banquete de La Eucaristía, La Comunión a que nos invita. 

¿Vas a Misa siempre que puedes? ¿Adelantas el estudio para poder ir a estar con tu Amigo acompañándole en la Pasión, que eso es la Misa? Qué buen propósito: durante la Cuaresma ir a Misa siempre que pueda, todos los días que me sea posible.

Lo que no está escrito es ahora cuando puedes decírselo, comentando el texto que has leído y las preguntas. Después termina con la oración final.

ORACIÓN FINAL

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en la Cruz y escarnecido.
Muéveme ver tu cuerpo tan herido
muéveme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.