
Como ha dicho, también con humor, André Frossard, "hasta ahora, el único medio que se ha descubierto para obligarle a dejar el trabajo es la anestesia total".
Y decía en Uruguay: Jesucristo, nuestro Señor, es también nuestro guía y modelo.
"Todo lo hizo bien" decían de Él las gentes. Cada uno de nosotros -asumida por la fe nuestra condición de hijos de Dios en Cristo- hemos de esforzarnos por seguir sus huellas en el trabajo de cada día. Como leemos en el Antiguo Testamento, no se le deben hacer a Dios ofrendas defectuosas. Los cristianos serán verdaderamente "sal de la tierra" y "luz del mundo", si saben dar a su trabajo la calidad humana de una obra bien hecha, con amor de Dios y con espíritu de servicio al prójimo".
Señor, quiero trabajar en serio. Y cuando esté cansado, también. A partir de ahora, cuando empiece a trabajar te lo ofreceré, te lo regalaré. Por eso intentaré que no sea defectuoso, sino algo bien hecho. Y ya, sólo porque es mi regalo para Ti, mi trabajo es importante. Este es mi propósito: en cuaresma trabajar bien por Ti. Y cansarme trabajando.
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