El camino del amor...Sólo el que ama es feliz.





Hay muchos caminos que conducen a diferentes lugares, pero el único que nos conduce al cielo se llama: JESÚS (Juan 14:6)






sábado, 29 de enero de 2011

La Visita del Diablo

Un día estaba un joven en su casa y alguien tocó la puerta. Al abrirla con sorpresa encontró al diablo quien lo agarró del pelo, lo pateó, lo golpeó y se luego se fue. Y dijo el muchacho... ¿qué debo hacer? En ese momento vio pasar a Jesús y pensó... "Si está en mi casa, el diablo no va a volver entrar". Entonces lo invitó a pasar, le mostró la casa y le dijo... ¿podés venir mañana cuando el dialo pase por aquí? Y Jesús, respondiéndole afirmativamente, se despidió hasta el día siguiente.
Al otro día, el diablo volvió a tocar la puerta y ya Jesús estaba dentro de la casa. El muchacho muy tranquilo abrió la puerta y el demonio volvió a darle una paliza. Entonces el muchacho muy molesto le reclamó a Jesús... ¿Por qué no hiciste nada por defenderme?. EL maestro le respondió... "No hice nada porque no estoy en mi casa, solo estoy de visita".
El muchacho reflexionó y lo invitó a vivir en su casa, le mostró su cuarto y le dijo: "Vas a comenzar a vivir aquí, este será tu cuarto". Jesús entonces aceptó gustosamente.
Como era ya costumbre al día siguiente tocaron nuevamente la puerta, y era otra vez el diablo, el joven muy confiado abrió la puerta pues ya Jesús vivía en su casa, pero nuevamente el maligno volvió a darle una paliza.

El joven, muy indignado fue adonde Jesús y le dijo: "Ya vives en mi casa, ¿qué más deseas para defenderme?". Y Jesús tranquilamente le contestó: "Yo solo vivo en tu casa, en mi cuarto. Mientras no entres en mi cuarto no te puedo defender".
Entonces el joven volvió a reflexionar y dijo: "De hoy en adelante ésta es tu casa, yo estare aquí como un invitado... si me lo permites." Y entonces Jesús sonrió y lo abrazó.
El otro día tocaron nuevamente la puerta, pero esta vez no fue el joven quien abrió pues ya no era él dueño de la casa, al abrir Jesús la puerta el diablo se disculpó pues pensó que se habia equivocado de casa.

Como consejo quiero decir que no es suficiente el decir dentro de nosotros que Jesús vive en nuestro corazón, tenemos que entregar de corazón nuestra vida para que el pueda actuar por nosotros.

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