El camino del amor...Sólo el que ama es feliz.





Hay muchos caminos que conducen a diferentes lugares, pero el único que nos conduce al cielo se llama: JESÚS (Juan 14:6)






domingo, 19 de septiembre de 2010

LA CRUZ

Cuantas veces nos preguntamos: ¿Por qué a mí? ¿Por qué permites que me pasen tantas cosas? ¿Por qué me siento como si hubiera una tormenta solo encima de mí? ¿Por qué la vida me golpea tan fuerte y me ocurren tantas cosas?, a veces no entendemos que todo lo que vivimos son experiencias que nos hacen falta para llegar hasta donde Dios quiere que lleguemos, circunstancias que no podemos entender en ese momento para que después podamos ayudar a los demas, No es casualidad o coincidencia que Dios las ponga en nuestro camino.

Esta historia nos ayudara a entender mejor
Estos son dos hombres y a cada uno de ellos Dios le había entregado una cruz para que recorrieran un camino. Uno de ellos fue durante todo el camino cargando su cruz poco a poco por que era muy pesada, en silencio continuo lentamente su camino.
El otro hombre fue por el camino pidiendo le a Dios que le quitara un pedazo de su cruz por que era muy pesada. Dios le quito un pedazo de su cruz. Continuó un rato más su camino, pero luego continuó pidiéndole a Dios que le quitara un pedazo de su cruz porque era muy pesada. Dios le quito otro pedazo y así continuo repitiéndose esta situación por todo el camino. Esto hizo que este hombre avanzara más en su camino ya que su cruz se hizo ligera.
El otro continuó lentamente ya que su cruz era más pesada. El hombre que tenía la cruz ya ligera llego a un precipicio y tuvo que detener su marcha ya que era imposible pasar ese precipicio. Poco a poco el hombre con la cruz pesada llegó hasta el mismo precipicio, puso su gran cruz y caminó sobre ella. Luego continuó su camino hasta llegar al final.
Dios no nos da carga que no podamos llevar y si El que nos ama tanto nos permite pasar por estas circunstancias es por que tienen un propósito y esta cruz nos va ha ayudar para pasar el precipicio más adelante. No pidamos que nos quite la carga, pidamos que nos ayude a llevarla.

Mateo 11. 28-30 Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.

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