El camino del amor...Sólo el que ama es feliz.





Hay muchos caminos que conducen a diferentes lugares, pero el único que nos conduce al cielo se llama: JESÚS (Juan 14:6)






martes, 5 de agosto de 2014

Mi despedida a mi hermana muerta

  Algo dentro de mí se ha roto con tu partida. Pienso en ti y no concibo que ya no estés  entre los vivos.

Te has dormido eternamente cuando en el fondo guardábamos las esperanzas de que salieras de esa dura enfermedad y sonreirías junto a los tuyos por haber vencido.

En nuestro interior aun nos costará tiempo entender que el Todopoderoso necesitaba otro ángel y te ha llamado a su lado.

Te has ido delante, para esperarnos allí, al lugar  donde todos alguna vez seremos llamados,  no juzgamos a quien te llama y más tarde o temprano  hará lo mismo con nosotros, pero ¡cómo duele esta herida mientras llega el consuelo!.

Tantos porqués  nos quedan sin respuestas. Tu risa de bondad ahora se convierte en recuerdos. Las lágrimas  salen solas sin obedecer el mandato de que cesen por no entender.

Gracias por tu ejemplo de vida, lucha y amor a los tuyos, gracias por esos dos hijos que nos dejas, gracias por la unidad familiar que has propiciado con tu hasta luego en estos instantes de tormentosa tristeza, mientras te ruego nos des fuerza y valor para entender que tu adiós no tiene regreso.

Desde hoy  vives en los corazones de quienes te queremos y al verte descender a tu tumba, los ojos se nos nublan por el llanto y solo Dios sabe  la proporción de este tormento y a la vez de la quietud por la paz y descanso eterno en el que ahora te encuentras.

Hermana querida que hoy mueres al mundo terrenal para vivir eternamente en el espiritual, solo nos queda el consuelo de que ya no sufres y que allí donde estés nos estarás esperando: Te queremos y te llevamos en el corazón.
Hasta luego.