El camino del amor...Sólo el que ama es feliz.





Hay muchos caminos que conducen a diferentes lugares, pero el único que nos conduce al cielo se llama: JESÚS (Juan 14:6)






domingo, 19 de febrero de 2012

«Que tome su cruz y me siga»

A lo largo de nuetra vida Cristo no nos pide que llevemos con él toda su pesada cruz, sino tan sólo una pequeña parte aceptando nuestros sufrimientos.
No tenemos nada que temer. Por el contrario, devemos sentirnos dichosos de haber sido juzgados dignos de tener parte en los sufrimientos del Hombre-Dios. Por parte del Señor, no se trata de un abandono ni de un castigo; por el contrario, es un testimonio de su amor, de un gran amor para con nosotros. Debemos dar gracias al Señor y resignarnos a beber el cáliz de Getsemaní. A veces el Señor nos hace sentir el peso de la cruz, este peso nos parece insoportable y, sin embargo, lo llevamos porque el Señor, rico en amor y misericordia, nos tiende la mano y nos da la fuerza necesaria. El Señor, ante la falta de compasión de los hombres, tiene necesidad de personas que sufran con él.  Así pues, que el Señor sea siempre bendito, porque su amor trae suavidad en medio de la amargura; él cambia los sufrimientos pasajeros de esta vida en méritos para la eternidad.



domingo, 5 de febrero de 2012

Señor, tú me sondeas

Señor, tú me sondeas, cada día llegas y te instalas dentro, sin darme cuenta, llegas hasta el fondo para que mi vida sea una entrega generosa, sin reservas, me das la caricia de tu amor y la paz de tu corazón que tanto me ama.
Señor, tu me conoces, sabes de lo que estoy hecha, mi vasija es de un barro frágil, sabes que mi condición de persona tiene muchos defectos, y a la mínima te abandona, el yo sube por encima de Ti, y me cuesta aceptar cual es tu voluntad.
Me conoces cuando me siento o me levanto, siempre estas velando y esperando que me acuerde de Ti, pero hay veces que el día pasa y no te he regalado ningún pensamiento para aliviar el dolor del amor que sientes por mi.
De lejos penetras mis pensamientos, sabes de sobra cual es mi necesidad, y no hace falta que te lo pida, pues tu estás derramando la gracia para poder ofrecerme, pero mi ceguera es mayor.
Distingues mi camino y mi descanso, me haces comprender que tengo que pararme, para llenarme, el afán diario, y el descanso en tu corazón, en donde está la fuerza para comprender que mi camino debe estar a la luz de tus palabras. “Venid aquí, a un lugar apartado, para que descanséis en mi corazón”.
Todas mis sendas te son familiares, como no Señor, pues tu me has puesto en este camino. Tu me enseñas que no puedo caminar de espaldas a Ti, pues me has elegido para que mi camino sea una entrega a los que me has confiado.
No ha llegado la palabra a mi lengua, y ya, Señor, te la sabes toda, solo el silencio es el dialogo de encuentro contigo, para que hablar yo se que estás y sabes de mis cosas, de mi vida, para que decir nada, solo contemplarte, adorarte, amarte...
Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma. Toda tuya, sin reservas, estas siempre, protegiéndome, no quieres que me ocurra nada, me mimas. ¿Cómo te pagare Señor todo el bien que me haces?
Tanto saber me sobrepasa, es sublime, y no lo abarco. ¿Quién soy yo para merecer tanto amor? ¿Quién soy yo para que me tengas tan cerca de tu corazón? Es una locura este amor, me supera, me arrastra, me hace renacer, entrañarme en cada instante, reengendrarme a una vida de esperanza, de misericordia, de amor, de paz, de alegría, de..
¿Adónde iré lejos de tu aliento, adónde escaparé de tu mirada? Siempre velando, siempre mirándome, siempre esperando a que me vuelva a Ti, y a veces es tan difícil mirarte, Tú el Bien, Todo Bien, el Sumo Bien, Dios Vivo y Verdadero, el Dios único.
Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro; si vuelo hasta el margen de la aurora, si emigro hasta el confín del mar, allí me alcanzará tu izquierda, me agarrara tu derecha. No puedo escapar de ti, me tienes prisionera, no quieres que me aparte de tu senda, no quieres que te abandone, me quieres cerca, Señor, ¿qué quieres que haga?
Si digo: Que al menos la tiniebla me encubra, que la luz se haga noche en torno a mi, ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día. Siempre huyendo, no quiero que me veas sucia, triste, en pecado, pero a Ti te da igual, me sigues queriendo pese a mis fallos, pese a mis caídas.
Tu has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Antes de que te formaras dentro del vientre de tu madre, Yo te conocía y Te consagré. ¿Quién soy yo para merecer tal regalo? Siempre has estado esperándome, como solo un Padre sabe esperar, me has modelado a tu antojo, y poco a poco me has atraído a tu corazón, para vivir una entrega filial eterna.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras. Me elegiste para que glorificara tu nombre, pero Señor conoces que soy cobarde, que me hundo a la primera de cambio, tu lo sabes todo, sabes que te quiero, Señor, que no sienta nunca que me has abandonado.
Conocías hasta el fondo de mi alma, no desconocías mi huesos. Pues Tú lo creaste. Me da miedo pedirte esto pues se lo que conlleva; que quien me vea, pueda descubrirte Señor.
Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiéndome en lo profundo de la tierra, tus ojos veían mis acciones, se escribían en tu libro; calculados estaban mis día antes que llegase el primero. Me tengo que parar Señor, contemplar que desde siempre me creaste para ti. Me hiciste para ofrecerme, para que mi vida fuese reflejo del amor que tu me tienes, ESTO ES UNA LOCURA, SEÑOR, SEÑOR...
¡Qué incomparables encuentro tus designios, Dios mío, qué inmenso es su conjunto! Si me pongo a contarlos, son más que arena; si los doy por terminados, aún me quedas tú. En Ti se pierde mi pensamiento, solo contemplación, solo adoración, solo gratitud,...
Señor, sondeame y conoce mi corazón, ponme a prueba y conoce mis sentimientos! Tu me conoces y sabes de mi corazón...
Mira si mi camino se desvía, guíame por el camino eterno. Perdóname Padre, si no he sido una buena hija. Todo está en tus manos, toda mi vida, mis hijos. Hágase tu voluntad.

jueves, 2 de febrero de 2012

Yo estoy a la puerta

Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista. Llegado el momento, se tiró el paño que velaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso.
Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía.
Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura.
Y fue a preguntar al artista:_
“¡Su puerta no tiene cerradura! ¿Cómo se hace para abrirla?“.
El pintor tomó su Biblia, buscó un versículo y le pidió al observador que lo leyera:
Apocalipsis 3, 20:
"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.”
_”Así es”, respondió el pintor. “Ésta es la puerta del corazón del hombre. Solo se abre por dentro.”

Abramos nuestro corazón al amor, a DIOS.
Cambiemos, aun estamos a tiempo.

LA MÁS BELLA ORACIÓN


- Dios, dame el día de hoy fe para seguir adelante
- Dame grandeza de espíritu para perdonar
- Dame paciencia para comprender y esperar
- Dame voluntad para no caer
- Dame fuerza para levantarme si caído estoy
- Dame amor para dar
- Dame lo que necesito y no lo que quiero
- Dame elocuencia para decir lo que debo decir
- Haz que yo sea el mejor ejemplo para mis hijos
- Haz que yo sea el mejor amigo de mis amigos
- Haz de mi un instrumento de tu voluntad
- Hazme fuerte para recibir los golpes que me da la vida
- Déjame saber que es lo que tu quieres de mí
- Déjame tu paz para que la comparta con quien no la tenga
- Por último, anda conmigo y déjame saber que así.